Soy un artista interesado en la educación y un educador interesado en el arte; eso depende del día y del lugar.
Camino, como niño, agarrado de sus manos. A veces, me llevan saltando de alegría, y otras, con la firmeza de la vocación (que no es mía sino de ellos).
Vamos a las escuelas, a los conservatorios, al escenario. Juntos en cualquier lugar: siempre juntos.
La investigación alborota mis pies y los hace correr de un lado al otro, me obliga a toquetearlo todo y me ayuda, también, a saber parar, a escuchar. Pero sobretodo me dice cada día, junto a la música y la pedagogía que soy un eterno aprendiz.
Encontré en la investigación la manera de reunir estos dos mundos. Porque la investigación me abre a la experimentación en la música, me ayuda a tocar mejor lo que ya se escribió y también a imaginarme lo que está por hacer.
Y en la educación, más o menos lo mismo. La investigación me ha enseñado a leer con respeto lo que se ha escrito, a escuchar a los y las expertas, a pensar en que todos podemos acertar o estar equivocados. A que tanto de la idea más obvia como de la más descabellada hay algo interesante que aprender.